miércoles, 12 de julio de 2017

 Mi celda está fría y húmeda. Mis pies están sucios. Me siento sucia. Miro a mi alrededor y hay un halo de luz que cae justo a mi lado. Pero no me toca. La luz no me toca y estoy helada. Helada y sola.
 Escucho voces pero no veo a quienes las emiten. Escucho que ríen. Pienso si estarán riéndose de mí, de mi destino desgraciado, si estarán riéndose de mi cuerpo, mi cuerpo enorme, gordo, sucio, helado. Las voces se van y vuelven de a ratos alentándome al suicidio. Las escucho a diario y su punto es más que válido. A veces siento que respiro porque sí y la realidad es otra muy distinta. Por dentro estoy muerta hace tiempo. Me desprecio y me cuestiono constantemente a qué me trajeron al mundo. Si acaso merecía este abandono y esta sensación de bebé no deseado. Soy un bebé no deseado que yace en esta celda esperando la muerte.
 Duermo más de lo que debería porque dormida las cosas duelen menos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario