miércoles, 25 de febrero de 2015

Barco de papel

Aguas oscuras,
paredes que encierran,
un alma que encandila.

Va la niña en su barquito,
por las cloacas,
el barco blanco de papel.

El barco que alumbra los pesares,
el escape al otro lado,
al final del vacío.

Una pizca de esperanza,
brotando en su corazón,
el corazón deshecho de la niña.

Un corazón que late a la fuerza,
el desgano que persigue su conciencia,
pero la niña no se dejará vencer.

Navegará hasta que se cansen sus brazos,
hasta que su cabellera se vuelvan puras canas,
navegará porque atrás ya nada queda.

Ella luchará por llegar,
a donde no esta oscuro,
a donde pueda brillar.

Madre

Ser madre es estar, acompañar, entender, educar. Ser madre es, a mi entender, sin siquiera serlo, ser un modelo. Intentar darte una mano, que entiendas las cosas, mostrarte el camino en la vida.

Mi madre es una niña. Mi madre es como mi hija. No puedo hablarle, no puedo dialogar. Enferma. Una enferma. Cada palabra que le digo la toma como si la atacara. Cada cosa que le digo es motivo para disgusto. Y así fue como con diecisiete años de vida no tengo madre. Mi madre es un ente, es una persona que está ahi... ocupando espacio. Mi madre es una adolescente eterna... la mezcla entre una vieja sin sentido de existir y una pendeja que cree que no vivió lo suficiente esos años de juventud. Me irrita.

Mamá me irrita y me duele, cada día más. Me duele porque la quise, porque la admiré. Porque de chica la creía una imagen digna de imitarse. Y hoy por hoy es todo lo que nunca quisiera ser en mi vida. Es el ejemplo perfecto de la madre que jamás quisiera igualar. Y la detesto, y la lloro, y me alejo.

martes, 24 de febrero de 2015

Otro día en el planeta

Vengo hoy a quejarme, como todos los condenados días de mi vida. Porque quejarme me libera, me saca las tensiones.
Me encanta quejarme. Me gusta que todos sepan como aborrezco las cosas, la vida que llevo, como detesto el fútbol, el fanatismo, como me desagradan las discusiones sobre partidos políticos, las viejas chismosas, como me deprime no tener nada para comer que me saque el hambre.

Me encanta decir las cosas. Me encanta que se escuche alto que vos, vos y vos me caen mal, y vos sos la persona más linda que pude cruzarme. Me gusta hablar, hablar hasta explotar, divagar, vomitar palabras,una tras otra.
Me gusta callar, sentir la voz del otro tocando mis sentidos. Me gusta escuchar. Me gustan los días de lluvia porque el olor del pasto se siente más fuerte, me gusta el frío y el viento. Odio el calor, odio sudar y quedar roja, odio las gotitas de sudor cayéndome por la frente. Odio los mosquitos. Odio salir con un escote y que un gordo comepolenta me diga "que lindas tetas".

Me encanta la música. Me gusta hacerla, me gusta escucharla. La música me libera, me aligera el peso en los hombros, me da una palmadita y me dice "Vos seguí que va a salir todo bien".
Me gusta escribir. Descargar toda mi frustración y sentimientos en un montón de palabras. Explotar mi cerebro buscando una palabra justa para cada cosa que quiero decir, o simplemente soltar todo de un tirón.

A veces odio vivir. A veces cuestiono cada cosa como si realmente fuera a encontrarle un sentido a existir, a mi existencia, a la de los otros. Entender el por qué de las cosas como si así yo pudiera vivir conforme, o feliz, o encontrando algún tipo de consuelo en ese saber absoluto inalcanzable.
A veces me gusta vivir. A veces tengo ganas de abrazar a cada persona que me cruce y sonreirle hasta el peor de mis enemigos..... (exagero, no creo que los abrazara) Pero aún así... que lindos esos días en los que vivo sintiéndome bien por vivir, y no viendo piedras a cada paso que doy.
Que dicha sería, todos los días, levantarme con motivación, con ganas de hacer algo por mi. Ganas de dar un respiro, un paso, moverme de mi cama.
La cama me acompaña siempre. La cama no juzga, solo está. La cama me da esa compañia, la abrazo por las noches y me tiendo sobre ella todos los días. La cama no me ha traicionado... hasta que me di cuenta que me atrapó. Me atrapó por la rutina, por el desgano, la cama me condeno a vivir tirada sin hacer nada. La buena cama...