domingo, 13 de diciembre de 2015

Nadie te entiende.
Contás y nadie te entiende.
Y das explicaciones,
que a nadie le importan.

Les decís que te falta de aca,
y te falta de allá.
Y que no parás de llorar,
y nadie entiende.

Porque no lo viven,
porque no lo sienten,
lo que sufre tu cabeza,
tu pobrecita cabeza.

Día tras día despertando y viendo,
que todo eso que viste dormido,
eran sólo sueños,
y seguís sumido en ellos.

Y tu vida es otra
tan diferente.
Mirás a tu alrededor,
y pensás en la muerte.

Porque no aguantás más,
otro día desgraciado,
en un mundo que te ha pisado,
en una vida que tanto has llorado.

¿De dónde sacás el optimismo?
¿Te nace realmente sentirlo?
¿Cuánto más podes resistir?
¿Cuándo llegará el alivio?



jueves, 5 de noviembre de 2015

Cansancio

Despertar. Otro día, despertar.
Y mirar alrededor y saber que no estas en tu lugar.
Saber que no tenes lugar.
Pensar que es otro día y desde julio iba un mes, luego fueron dos, luego tres.

 Y han pasado cuatro meses y todo sigue igual.
El esfuerzo por un trabajo, por estudiar, por terminar,
por poner mi tiempo en algo,
por poder descansar.

La frustración de saber que no va a florecer
una posibilidad de cambio,
un mejor amanecer,
de la nada, solo del deseo.

Y no importa cuanto intento,
termino desistiendo,
porque esta angustia terrible
me creció desde adentro.

Se comió todo de mi,
mis ganas de vivir,
dejo mi alma agotada,
mi corazón cansado.

martes, 3 de noviembre de 2015

Ausencia

Quedaron atras,
Guadalupe, mi joven amiga,
sus risas y cantos, sus bailes,
sus grandes ojos negros.

La simpatía de Martina,
nuestros viejos chistes
las primeras borracheras,
escuchar Massacre.

Los consejos de Rocío,
nuestras salidas y sus fotos,
nuestras risas
sus enojos.

Los secretos con Sofía,
nuestros llantos,
sus extraños sonidos,
su pelo azul.




Lista de deseos

Quisiera una casa
en un verde prado,
un perro, una cama,
una estantería, una ventana.

Quisiera el calor de un abrazo de mamá,
o el elogio de la boca de papá.
Pero solo se puede desear,
no hay un manual para ser padres, ¿verdad?

Quisiera un cuerpo esbelto tener,
lindos zapatos que cubrieran mis pies,
no usar siempre el mismo pantalón,
nunca más dormir en el sillón.

Quisiera mi propio espacio tener,
donde pueda reir, llorar, crecer.
No es lindo no tener lugar,
ser una nómade, de aqui para allá.

sábado, 7 de marzo de 2015

Buscando de dónde sacar optimismo

 Espero poder escribir un día lo feliz que soy y lo lindo que es todo.
 Mientras tanto sigo angustiada.
 Vivo pensando mucho y sufriendo en igual medida. Me cansa recibir siempre quejas. Quejas y más quejas sobre cómo soy. Que soy puta, sensible, que soy insoportable, inestable, que me enojo, que no me enojo, y que la concha de su madre.
 No debería vivir para conformar a los demás, pero difícilmente puede el ser humano volverse ajeno a toda interacción con el exterior. Si por mi fuera, me metería en una burbuja y viviría ahí, alejada de todas estas cosas tan estresantes y estúpidas, lejos de esa necesidad de mantener a todos felices con mi forma de ser ¿Y PARA QUÉ MIERDA? SI TODOS TE DEJAN SOLO, TODOS SE VAN, NADIE TE ACEPTA, NADIE RESPETA LO QUE SOS, BUSCANDO CONSTANTEMENTE CAMBIARTE.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Barco de papel

Aguas oscuras,
paredes que encierran,
un alma que encandila.

Va la niña en su barquito,
por las cloacas,
el barco blanco de papel.

El barco que alumbra los pesares,
el escape al otro lado,
al final del vacío.

Una pizca de esperanza,
brotando en su corazón,
el corazón deshecho de la niña.

Un corazón que late a la fuerza,
el desgano que persigue su conciencia,
pero la niña no se dejará vencer.

Navegará hasta que se cansen sus brazos,
hasta que su cabellera se vuelvan puras canas,
navegará porque atrás ya nada queda.

Ella luchará por llegar,
a donde no esta oscuro,
a donde pueda brillar.

Madre

Ser madre es estar, acompañar, entender, educar. Ser madre es, a mi entender, sin siquiera serlo, ser un modelo. Intentar darte una mano, que entiendas las cosas, mostrarte el camino en la vida.

Mi madre es una niña. Mi madre es como mi hija. No puedo hablarle, no puedo dialogar. Enferma. Una enferma. Cada palabra que le digo la toma como si la atacara. Cada cosa que le digo es motivo para disgusto. Y así fue como con diecisiete años de vida no tengo madre. Mi madre es un ente, es una persona que está ahi... ocupando espacio. Mi madre es una adolescente eterna... la mezcla entre una vieja sin sentido de existir y una pendeja que cree que no vivió lo suficiente esos años de juventud. Me irrita.

Mamá me irrita y me duele, cada día más. Me duele porque la quise, porque la admiré. Porque de chica la creía una imagen digna de imitarse. Y hoy por hoy es todo lo que nunca quisiera ser en mi vida. Es el ejemplo perfecto de la madre que jamás quisiera igualar. Y la detesto, y la lloro, y me alejo.

martes, 24 de febrero de 2015

Otro día en el planeta

Vengo hoy a quejarme, como todos los condenados días de mi vida. Porque quejarme me libera, me saca las tensiones.
Me encanta quejarme. Me gusta que todos sepan como aborrezco las cosas, la vida que llevo, como detesto el fútbol, el fanatismo, como me desagradan las discusiones sobre partidos políticos, las viejas chismosas, como me deprime no tener nada para comer que me saque el hambre.

Me encanta decir las cosas. Me encanta que se escuche alto que vos, vos y vos me caen mal, y vos sos la persona más linda que pude cruzarme. Me gusta hablar, hablar hasta explotar, divagar, vomitar palabras,una tras otra.
Me gusta callar, sentir la voz del otro tocando mis sentidos. Me gusta escuchar. Me gustan los días de lluvia porque el olor del pasto se siente más fuerte, me gusta el frío y el viento. Odio el calor, odio sudar y quedar roja, odio las gotitas de sudor cayéndome por la frente. Odio los mosquitos. Odio salir con un escote y que un gordo comepolenta me diga "que lindas tetas".

Me encanta la música. Me gusta hacerla, me gusta escucharla. La música me libera, me aligera el peso en los hombros, me da una palmadita y me dice "Vos seguí que va a salir todo bien".
Me gusta escribir. Descargar toda mi frustración y sentimientos en un montón de palabras. Explotar mi cerebro buscando una palabra justa para cada cosa que quiero decir, o simplemente soltar todo de un tirón.

A veces odio vivir. A veces cuestiono cada cosa como si realmente fuera a encontrarle un sentido a existir, a mi existencia, a la de los otros. Entender el por qué de las cosas como si así yo pudiera vivir conforme, o feliz, o encontrando algún tipo de consuelo en ese saber absoluto inalcanzable.
A veces me gusta vivir. A veces tengo ganas de abrazar a cada persona que me cruce y sonreirle hasta el peor de mis enemigos..... (exagero, no creo que los abrazara) Pero aún así... que lindos esos días en los que vivo sintiéndome bien por vivir, y no viendo piedras a cada paso que doy.
Que dicha sería, todos los días, levantarme con motivación, con ganas de hacer algo por mi. Ganas de dar un respiro, un paso, moverme de mi cama.
La cama me acompaña siempre. La cama no juzga, solo está. La cama me da esa compañia, la abrazo por las noches y me tiendo sobre ella todos los días. La cama no me ha traicionado... hasta que me di cuenta que me atrapó. Me atrapó por la rutina, por el desgano, la cama me condeno a vivir tirada sin hacer nada. La buena cama...