martes, 3 de mayo de 2016

¡Que alegría la mía!

Despertar en tu cama,
cubierta en frazadas,
en tu departamento nuevo,
con tu perrito.

Abrir la ventana,
la calle se ve hermosa,
eterna y despampanante,
va a ser un buen día.

Desayunas lo que más te guste,
te sonreís a vos mismo
"¡Que alegría la mía!
¡Hoy es un nuevo día!"

Salís a la calle,
la vida te sonríe,
nada puede salir mal,
y si lo hace no importa.

Hasta que abrís los ojos,
y todo era un sueño,
y sos miserable,
y sos triste.

Vivís de casa en casa,
sin un peso,
en laburos boludos,
llorando por los rincones.

Y sos gorda y triste,
y sos inútil y despreciada,
y abandonada, pisoteada.
Sos todo menos feliz.

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