Despertar en tu cama,
cubierta en frazadas,
en tu departamento nuevo,
con tu perrito.
Abrir la ventana,
la calle se ve hermosa,
eterna y despampanante,
va a ser un buen día.
Desayunas lo que más te guste,
te sonreís a vos mismo
"¡Que alegría la mía!
¡Hoy es un nuevo día!"
Salís a la calle,
la vida te sonríe,
nada puede salir mal,
y si lo hace no importa.
Hasta que abrís los ojos,
y todo era un sueño,
y sos miserable,
y sos triste.
Vivís de casa en casa,
sin un peso,
en laburos boludos,
llorando por los rincones.
Y sos gorda y triste,
y sos inútil y despreciada,
y abandonada, pisoteada.
Sos todo menos feliz.
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